Los estilos de Word son uno de los conceptos más importantes de esta aplicación, quizás incluso el más importante.

No puedes decir que sabes manejar Word si no sabes manejar los estilos de Word. Así que aquí te voy a explicar qué son, cuál es su utilidad y cómo trabajar con ellos.
Contenidos
Veámoslo:
¿Qué es exactamente un estilo de Word?
Un estilo de Word es un conjunto de valores de las propiedades que se pueden aplicar a un texto en Word, agrupados bajo un nombre único que identifica a esa combinación específica de valores.
Puedes entenderlo muy fácilmente si te vas al menú de “Estilos” de la cinta de opciones de Word, sitúas el ratón encima de cualquier estilo que se ven en el panel de estilos, haces clic en el botón derecho del ratón y elijes la opción “Modificar…” del menú que te sale.

Esto mostrará el cuadro de diálogo de modificación de estilos y aquí encontrarás las propiedades a las que me he referido arriba.
Son muchísimas: todas las relacionadas con la fuente (nombre de la fuente usada, tamaño, color, negrita, cursiva, …), con el párrafo (alineación del texto, sangría, espaciado, …), bordes, sombreado y muchas otras propiedades.
Te animo a que explores el cuadro de diálogo para descubrir todo lo que se puede modificar:

Por otra parte, si te fijas bien en el panel de estilos, verás que tiene unos controles para hacer scroll. Si haces clic en el control inferior de scroll se despliega la lista completa de estilos conocida también como la galería de estilos:

Lo bueno de esta lista es que aplica cada estilo sobre al nombre correspondiente del estilo. Así puedes cómo que esa estilo concreto. Fíjate en la imagen como todos son diferentes.
Como puedes apreciar, Word viene con un número de estilos predefinidos, especialmente para su uso con jerarquías de títulos (“Título”, “Título 1”, “Título 2”, …). Si no te gustan, no te preocupes los puedes modificar a tu gusto hasta el último detalle.
También puedes hacer clic con el ratón en la esquina inferior derecha del menú de “Estilos” en la cinta de opciones, un poco más abajo y a la derecha del control de scroll.
Esto despliega una lista con el mismo contenido, sin aplicar los estilos. A cambio, es mucho más compacta que la lista de la imagen. Ya depende de ti cuál de ellas prefieres usar.
¿Para qué sirven los estilos de Word?
Los estilos de Word son tremendamente útiles, no puedo insistir lo suficiente en que los aproveches al máximo. Veamos algunos ejemplos:
1. Crear documentos coherentes y profesionales
En primer lugar, te permiten definir, valga la redundancia, el estilo de tu documento. Es decir, permiten que tu documento tenga una estética consistente y coherente que hará tus documentos mucho más profesionales.
Esto es así porque se aplican con un simple clic como luego veremos. De este modo, cada vez que uses un título de nivel 1 le aplicarás el estilo “Título 1” lo que garantiza que todos los títulos a ese nivel se vean iguales. Lo mismo para los títulos de nivel 2 y así sucesivamente.
Imagínate que tu documento usa muchas citas las cuales quieres destacar con una estética que las diferencie de los párrafos de texto normal. O bien, puedes algo de los estilos predefinidos de Word y aplicarlo a todas las citas, o bien, definir tu propio estilo con tu propia estética.
Sea como fuere, volvemos a lo mismo: todas tus citas se ven igual, al lector le resultará muy estético y tu documento le dejará un sabor de boca de profesionalidad.
2. Usarlos para automatizar acciones
Como los estilos identifican el texto al que se aplican, Word puede usar esa información para realizar acciones automatizadas.
Probablemente el mejor ejemplo es la generación de las típicas tablas de contenido. Word las puede generar automáticamente porque es capaz de identificar a los estilos de los títulos.
Con esta información, ya puede generar todo, incluidos los números de página, un trabajo que manualmente es muy pesado y que ya se vuelve insufrible cuando el documento se modifica con frecuencia.
Sin embargo, con los estilos de Word se convierte en un simple clic, ya sea para crear o para actualizar la tabla de contenidos.
3. Crear plantillas
Gracias al concepto de estilo también es posible crear diferentes plantillas para diferentes tipos de documentos, ya sea para ti mismo o para equipos de trabajo.
Especialmente con equipos de trabajo resulta enormemente práctico porque ellos se pueden olvidar de la estética, se pueden centrar en el contenido. En lo relativo a la estética, se limitan a aplicar el estilo correspondiente para cada cosa.
Al trabajador se le simplifica la vida y la organización tiene garantías de que los documentos tengan la estética que deben tener. Todos ganan.
4. Evitar cambios estéticos no deseados
Gracias a que es posible bloquear la modificación de estilos, también podemos prevenir cambios estéticos no deseados. De nuevo, esto es especialmente importante en el trabajo en equipo.
5. Ahorran mucho trabajo
Con lo que he comentado ya queda claro de que los estilos no solamente producen mejores resultados, sino que, además, ahorran mucho tiempo y trabajo.
Pero el ahorro de trabajo va más allá de lo que puede parecer, sobre todo, cuando hay que modificar un documento muchas veces. Imagínate que has creado un documento de 200 páginas con innumerables títulos y subtítulos y otros elementos como las citas antes mencionadas.
Si no has usado estilos para estos elementos, será un auténtico infierno actualizar la tabla de contenidos y repasar elementos como las citas para asegurar que tienen la estética correcta. Y seguro que algún título se te colará con un tamaño de letra equivocado o cualquier otro error.
Por eso decía al principio que los estilos son una funcionalidad de Word tan esencial que una vez que los has usado y conoces bien, ya no podrás concebir trabajar sin ellos.
Cómo trabajar con los estilos de Word
Ahora que ya sabes qué son y para qué sirven los estilos de Word, toca aprender a trabajar con ellos. Para esto te recomiendo que sigas con la siguiente lectura: